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La televisión como máximo exponente de la transmisión de valores en la sociedad · págs. 54 a 81
es «creador» de los valores, sino que es sólo
«descubridor» y «comunicador» de los mis-
mos. Los valores serán inmutables e indepen-
dientes. Los representantes de la posición obje-
tivista, encabezada por Scheler, llegan a la
conclusión de que los valores pueden ser conce-
bidos como universales. Todos los hombres
pueden percibirlos de la misma manera. Ade-
más, son abstractos. No pertenecen al mundo
de lo tangible. Max Scheler, junto a Hartman,
afirma que los valores son entidades ideales, ob-
jetivas y absolutas, distintas de las cosas valiosas
y de los sujetos que las prefieren. En sus estu-
dios sobre los valores, El formalismo en la ética y
La ética material de los valores, precisa y diferen-
cia el bien y el valor. Lo explica de esta manera:
por ejemplo, una máquina es un bien, y el valor
es su utilidad. Una pintura es un bien causado
por el valor de la belleza, de la misma manera
que una ley es un bien gracias al valor de la jus-
ticia. De esta forma, los bienes son hechos,
mientras que los valores son esencias. Scheler
piensa que el hombre vive rodeado de valores, y
que estos, en tanto esencias, no pueden ser ob-
jeto de análisis teórico, sino de intuición senti-
mental o emocional. Mediante la intuición sen-
timental el hombre es capaz de captar tanto los
valores como la jerarquía existente entre ellos,
que son a su vez, encarnados por una persona o
modelo. (
rodríguez duPLá, 1996, p.139).
José Ortega y Gasset coincide con Scheler en
cuanto al carácter objetivo de los valores. Pero se
distancia de él, cuando Scheler afirma que los
valores pueden ser percibidos. Ortega y Gasset,
al contrario, piensa que los valores son «cualida-
des de tipo irreal», por tanto no pueden perci-
birse como lo había afirmado Scheler. Se perci-
ben los objetos, pero no los valores. Así, por
ejemplo, en un cuadro se perciben, los colores,
el lienzo, la forma, etc., porque son elementos
reales. En cambio no se puede percibir armonía,
la belleza, la gracia, etc. porque son elementos
irreales, son valores. Los valores sólo se pueden
estimar. (Armando Martínez Gómez, 2010) Para
Ortega y Gasset, «Las creencias constituyen la
base de la vida del individuo, el terreno sobre lo
que acontece.» Porque ellas ponen delante del
hombre lo que para éste es la realidad misma.
Toda la conducta, incluso la intelectual, depende
de cuál sea el sistema de sus creencias auténticas.
En ellas «vivimos, nos movemos y somos». Por
lo mismo, no se suele tener conciencia expresa
de ellas, no se piensan, sino que actúan latentes,
como implicaciones de cuanto se expresa, se
hace o se piensa. Cuando se cree de verdad en
una cosa, no se tiene la «idea» de esa cosa, sino
que simplemente «contamos con ella». (
ortega
y gasset, 1995, p. 24-25).
La postura intermedia considerará que el va-
lor es una cualidad propia y objetiva del ser, de
cada ser, concreto o abstracto (material, intelec-
tual, espiritual) que ejerce una atracción hacia el
ser humano, quien capta parcialmente el valor de
cada cosa de acuerdo a sus cualidades y condicio-
nes particulares. De esta forma, el valor objetivo
es siempre complementado por una estimación y
expresión subjetiva o valoración, que contiene
siempre una parte objetiva y otra subjetiva de la
verdad. Se aboga por reconocer la parte de ver-
dad subjetiva que tiene cada uno, aportando una
solución que respete la parte objetiva y beneficie
a todos los sujetos. Jacques Maritain y Julián Ma-
rías Aguilera son dos de sus representantes.
Como referencia para nuestro análisis de
contenido, hemos tomado El Curso Completo so-
bre valores humanos de J.M. Méndez por su com-
binación de las aportaciones de Scheler y Hart-
mann. Consideramos que su tabla de valores