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La RSC en las empresas y su relación con los públicos de interés: los casos de Unilever y Nestlé · págs. 26 a 39
Smith (2003) y Maignan y Ferrell (2004), van
más allá haciendo especial hincapié en una obli-
gación de la empresa hacia sus grupos de interés.
Otros autores destacan en sus definiciones aque-
llas acciones que realiza la empresa que van más
allá de los intereses económicos de la organiza-
ción (Davis, 1960), es decir, que buscan un
bienestar socioeconómico general (Frederick,
1960). La Comisión Europea (2001 y 2011), De
la Cuesta y Valor (2003), van Marrewijk (2003),
Watson y MacKay (2003) y Panwar et al. (2006)
destacan las preocupaciones sociales y medioam-
bientales por parte de las empresas en el desarro-
llo de sus actividades de negocio. Otro criterio
que se repite a la hora de definir RSC, es la res-
ponsabilidad de las empresas por los impactos
negativos en la sociedad derivados de sus activi-
dades, es decir, que las empresas se comporten
de manera no dañina para la sociedad (Castillo,
1986; Andrews, 1987; Mohr Webb y Harris,
2001; Basil y Weber, 2006; Comisión Europea,
2011). En esta misma línea, otros autores desta-
can el deber de las empresas a actuar de manera
beneficiosa para la sociedad, maximizando su
impacto positivo en la sociedad (Frederick,
1983; Andrews, 1987; Kok, van der Wiele, Mc-
Kenna y Brown, 2001; Basil y Weber, 2006; Co-
misión Europea, 2011).
Por consiguiente, se puede remarcar que la
RSC va más allá de la propia acción social que
implementen las empresas o la filantropía de sus
dirigentes. La RSC no es únicamente financiar la
construcción de un pozo en una remota aldea de
un país subdesarrollado, plantar árboles en la
selva amazónica o patrocinar actos deportivos y/o
culturales para de este modo, acallar las voces
que acusan a las organizaciones por no respetar
los derechos humanos o por contribuir al dete-
rioro del medioambiente. La RSC debe ser la
consecuencia de un compromiso adoptado con
todos sus grupos de interés en materia económi-
ca, social y medioambiental, con el objetivo de
responsabilizarse de las consecuencias e impac-
tos que derivan de sus acciones y maximizar la
creación de valor compartido para todo el con-
junto de stakeholders. La RSC no se queda en la
superficie de las organizaciones, si no que se si-
túa en lo más profundo de éstas, trabajando
siempre de acorde con la visión, misión, valores
y proyecto empresarial de la organización.
A la hora de teorizar sobre las dimensiones
del concepto de RSC, también existen diferentes
propuestas. Una de las primeras concepciones es
la formulada por Carroll (1979), quien define la
RSC como un concepto multidimensional que
incluye aspectos económicos, legales, éticos y
filantrópicos. Aunque la perspectiva más actual
para trabajar las dimensiones del concepto de
RSC, es la de los diferentes grupos de interés.
Desde esta perspectiva, Clarkson (1995), consi-
dera que se debe hablar de «preocupaciones de
los grupos de interés» en lugar de «preocupacio-
nes legales». En esta misma línea, Decker (2004)
distingue cuatro dimensiones de la RSC: la so-
ciedad, el mercado (clientes, proveedores y com-
petidores), el entorno de trabajo (los empleados)
y el medioambiente.
2.2. Comunicación de la RSC
En los últimos años, hemos vivido un aumento
de la comunicación de RSC que realizan las em-
presas, y es que, parece que está habiendo un
creciente interés de la RSC desde las áreas de
marketing y comunicación, convirtiendo, tal y
como menciona Podnar (2008) la comunicación
de la RSC en algo importante y relevante para la
compañía.
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