El valor
medioambiental
y su avance
en la Estrategia
de Empresa
The environmental
value and its
progress in Business
Strategy
aDResearch ESIC
Nº 10 Vol 10 · Segundo semestre, julio-diciembre 2014  págs. 8 a 3 1
De Salas, M. I. (2014) El valor medioambiental y su
avance en la Estrategia de Empresa.
aDResearch ESIC. Nº 10 Vol 10. Segundo semestre,
julio-diciembre 2014 · Págs. 8 a 31
DOI: 10.7263/ADRESIC.010.001
M.ª Isabel De Salas Nestares
Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia
idesalas@uch.ceu.es
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Durante estos años he venido investigando la relación entre la construcción de la marca (branding), la Plani-
cación Estratégica, la Responsabilidad Social Corporativa basada en valores medioambientales y el medio
Internet como soporte de todo ello.
Esto ha dado como resultado:
· La participación en dos jornadas nacionales llevadas acabo en La Escuela de Negocios del CEU, Palacio de Co-
lomina, Valencia el 28 de octubre de 2009: eBranding Verde. Comunicación y Marketing Ambiental por Internet, y
Comunicación y marketing ambiental en las redes sociales.
· La publicación de dos capítulos en eBranding verde y en eBranding verde y redes sociales (Dykinson, La Coruña
2010, Dykinson, La Coruña 2012).
Finalmente se han publicado los siguientes artículos en diferentes medios:
· La reputación corporativa como instrumento de articulación en la gestión de la organización. Junto con Juan
Monserrat. FISEC Estrategias 2011, Nº 15/ Año VI, (indizada en catálogo Latindex). www.sec-estrategias.com.ar
ISSN 1669-4015.
· La Publicidad en las Redes Sociales. Junto con Juan Antón. HOLOGRAMATICA - Facultad de Ciencias Sociales
Universidad Nacional Lomas de Zamora 2010, Año VII, Número 13, V2, pp.25-36 ISSN 1668-5024 URL del Do-
cumento: cienciared.com.ar/ra/doc.php?n=1328 URL de la Revista: cienciared.com.ar/ra/revista.php?
· Comunicación corporativa online en el sector medioambiental: sensibilización y participación en Internet.
RedMarka. Revista Académica de Marketing Aplicado. 2009, Nº 2. Universidad de A Coruña.
· La Publicidad en las Redes Sociales: De lo Invasivo a lo consentido. Icono14, 2008, Nº 15, pp. 75-84. ISSN 1697-
8293. Madrid (España). http://www.icono14.net
· Reseña Bibliográca “eBranding, posiciona tu marca en la Red”. Doxa Comunicación, noviembre 2008.
El presente trabajo de investigación que ahora se presenta es la continuación de estos análisis dando un paso
más en el recorrido de conocer el proceso de integración de los valores de respeto al medioambiente en las
estrategias de las organizaciones empresariales y conocer si este camino tiene consecuencias en la estructura
organizacional y en los roles de los responsables de llevarlos a cabo.
My research work has recently focused on branding, Strategic Planning, Corporate Social Responsibility based
on environmental values and the Internet medium as support for them all.
This research has resulted:
· The participation in two national conferences: eBranding Verde. Comunicación y Marketing Ambiental por In-
ternet, and Comunicación y marketing ambiental en las redes sociales. October 28th 2009, Escuela de Negocios
del CEU, Palacio de Colomina, Valencia (Spain).
· The publication of two chapters in eBranding verde (Green eBranding) and in eBranding and redes sociales
(eBranding and Social Networks) Dykinson, La Coruña 2010, Dykinson, La Coruña 2012.
Finally, in the publication of various articles:
· La reputación corporativa como instrumento de articulación en la gestión de la organización. Co-author with
Juan Monserrat. FISEC Estrategias 2011, Nº 15/ Año VI, (indexed in Latindex catalogue). www.sec-estrate-
gias.com.ar ISSN 1669-4015
· La Publicidad en las Redes Sociales. Co-author with Juan Antón. HOLOGRAMATICA - Facultad de Ciencias So-
ciales Universidad Nacional Lomas de Zamora 2010, Año VII, Número 13, V2, pp.25-36 ISSN 1668-5024 URL of
Document: cienciared.com.ar/ra/doc.php?n=1328 URL of Journal : cienciared.com.ar/ra/revista.php?
· Comunicación corporativa online en el sector medioambiental: sensibilización y participación en Internet.
RedMarka. Revista Académica de Marketing Aplicado. 2009, Nº 2. Universidad de A Coruña.
· La Publicidad en las Redes Sociales: De lo Invasivo a lo consentido. Icono14, 2008, Nº 15, pp. 75-84. ISSN 1697-
8293. Madrid (España). http://www.icono14.net
· Reseña Bibliográca “ eBranding, posiciona tu marca en la Red”. Doxa Comunicación, noviembre 2008.
The research paper being presented now is the continuation of that analysis, bringing it a step further in the
knowledge of the process of integration of the values of respect to the environment into the strategies of
business organizations, and in nding out whether this process has consequences in the organizational struc-
ture and the roles of the persons responsible for their implementation.
RESUMEN
ABSTRACT
Clasicación JEL:
M3 Marketing y
publicidad
M370 Publicidad
Palabras clave:
Responsabilidad
social corporativa,
branding,
Comunicación
institucional,
valores medioam-
bientales
JEL Classication:
M3 Marketing and
Advertising
M370 Advertising
Key words:
Corporate social
responsibility,
branding,
institutional com-
munication,
environmental values
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1. Antecedentes de este trabajo
En nuestra primera investigación señalábamos
como desde muchos años antes de que se exten-
diera entre la población la concienciación de las
consecuencias medioambientales que conlleva
el desarrollo y progreso tecnológico de la huma-
nidad y se modificara la actitud hacia una con-
servación activa basada en la educación cívica
y el respeto al medio ambiente, las empresas ha-
bían unido su marca a valores como «naturaleza»
«entorno sano» «materias primas naturales»
«campo» «tierra» etc. La utilización de la natura-
leza como eje de comunicación no llevaba anejo
la idea de poner en práctica una estrategia de
fortalecimiento de la imagen corporativa sino
tan sólo aludir al origen de los componentes del
producto y por tanto a su calidad. Se utilizaba la
idea de «lo natural» en contraposición a lo «in-
dustrializado» «manipulado industrialmente» y
se apelaba a los orígenes del producto con imá-
genes campestres y alusiones rurales. La natura-
leza comunica determinados valores que desde
hace más de 50 años se utilizan en publicidad
para asociarlos a determinadas marcas obtenien-
do así una imagen diferencial y una ventaja com-
petitiva intangible.
La preocupación del medio ambiente aparece
como desafío de las naciones para obtener un
desarrollo sostenible que posibilite el crecimien-
to económico y la difusión de una calidad de
vida en todos los ámbitos (sanitario, económico,
educacional, social, etc.) compatible con la pro-
tección del medio ambiente. Los medios de co-
municación, como señala Sonia Parratt, tienen
un papel importante en la «ecoalfabetización»,
es decir en la concienciación en los ciudadanos
sobre todas esas buenas prácticas que favorecen
el cuidado del medio ambiente. No se trataría
sólo de informar sino de motivar y persuadir
(PARRATT, S.F. 2006). En este campo de motivar
y persuadir, se cuenta además con la publicidad,
las relaciones públicas y demás modalidades de
comunicación así como las estrategias de comu-
nicación que las iluminan.
Por otro lado, comentábamos que la Respon-
sabilidad Social Corporativa tampoco es un fe-
nómeno de hoy. Muchos años atrás
1
las grandes
corporaciones del mundo invertían en acciones
sociales y culturales en aquellos mercados en los
que tenían interés. El mecenazgo nace de la
mano de esta inquietud y logra tener su propia
reglamentación
2
dadas las implicaciones de ín-
dole fiscal que conlleva.
Si bien dentro del concepto de Responsabili-
dad Social Corporativa hay grandes dosis de ética
empresarial, no hay que olvidar que la empresa
necesita tener retornos de su inversión traduci-
dos en beneficios económicos. Milton Friedman
en la década de los años 70 reforzaba esta idea
limitando la responsabilidad social de las empre-
sas al mero cumplimiento de las «reglas de jue-
go» de la libre competencia sin fraudes y enga-
ños.
Desde que los organismos internacionales
(ONU, Unión Europea, OCDE, etc.
3
) toman
1 Según la profesora Maira, surge en Estados Unidos en los años
cincuenta en el contexto de la segunda guerra mundial (MAIRA, M. M.
2009:42).
2 Ley 49/2002 de Mecenazgo.
3 Los problemas del Medio Ambiente fueron tratados por Nacio-
nes Unidas en la Conferencia de Estocolmo de 1972. Desarrollo sí,
pero un desarrollo sostenible que no dañe el Medio Ambiente. El Pro-
grama de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, desde 1990 a
1996, ascendió a 720.000 millones de dólares. Al programar las activi-
dades mundiales para el desarrollo, las Naciones Unidades crearon el
Departamento de Coordinación de Política y de Desarrollo Sostenible.
Conscientes de que los grandes problemas mundiales no pueden ser
afrontados por Estados individuales, convocan convenciones como la
del Cambio Climático. El Programa de Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (PNUMA) está presente, tanto con África como en Asia Pa-
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protagonismo a la hora de plantear la responsa-
bilidad social de las empresas, se inician accio-
nes para concienciar al mundo empresarial que
deben asumirlo de forma comprometida y vo-
luntaria. Desde 1992 se habla de ecoeficiencia
definida en el nivel de la empresa como un enfo-
que de gestión que impulsa a las empresas a adoptar
mejoras de protección ambiental desde una orienta-
ción de mercado, buscando el beneficio económico y
la competitividad (Olcese, A., Rodríguez, M. A.,
Alfaro, J. 2008: 161).
Se ha de tener en cuenta que el entorno com-
petitivo y el valor de imagen de marca son dos
aspectos que inciden en las decisiones empresa-
riales para adoptar estrategias de responsabili-
dad social corporativa.
Aludíamos a la opinión del profesor Solano
en torno a que la responsabilidad social no es
algo voluntario pues se considera que se debe
convertir en un instrumento útil en situaciones
críticas y por tanto exigibles por la sociedad e
incluso sancionado jurídicamente. Y no como
mero medio de publicitar determinadas empre-
sas. La imagen pública o reputación social de las
organizaciones sería la consecuencia directa del
cumplimiento o asunción de las obligaciones in-
herentes a la responsabilidad social correspon-
diente, llevado a cabo a través de sus diferen-
tes actuaciones y comportamientos (Solano L. F.
2009: 39-40).
A partir de aquí nuestro interés se dirigió ha-
cia observar cómo se está articulando esta fun-
ción, que nos aparece como clara ventaja compe-
titiva, en relación a la gestión de la organización.
cíco, Europa (Conferencia Ministerial de Sofía, octubre de 1995), His-
panoamérica, El Caribe, Oriente Medio, etc. A lo largo de estos años la
ONU viene realizando Encuentros internacionales como control y lla-
mada a la concienciación mundial. De estos encuentros sobresale la
Cumbre de Río en 1992 donde se acuñó el concepto de ecoeciencia.
Alloza, analizando la definición del Foro de
Reputación Corporativa
4
alude a la doble óptica
de este concepto: percepción y comportamiento,
concluye que gestionar la reputación implica
tramitar «la realidad» de la organización y ase-
gurar que esta gestión es percibida por los gru-
pos de interés (Alloza, A. 2008: 296).
Percepciones y comportamientos que nos lle-
van por un lado a la imagen corporativa y por
otro a la responsabilidad de la organización ante
su entorno social y medioambiental, que deman-
da honestidad, ética, innovación, respeto al en-
torno, etc. En la sociedad actual, estos aspectos
son todavía más valorados por los ciudadanos
que, si forman parte del mismo sistema econó-
mico, agradecen poder ver la parte más humana
de las empresas. Por otro lado, los consumidores
y las propias asociaciones empresariales dan la
espalda, cada vez más, a las compañías que no se
preocupan e incluso «agreden» a su entorno
(Llopis, C. 2011).
La aportación de Llopis Ripoll a esta discipli-
na destaca en este último punto, ya que resulta
muy interesante si tenemos en cuenta que consi-
deran necesaria la transición del mero altruismo
a la incorporación en la estrategia de la empresa,
de forma cuantificable, es decir, científica. Este
nuevo enfoque permite a la empresa medir el
beneficio que genera la RSC y cuantificarlo en
términos de retorno de la inversión. De este
modo, la RSC deja de ser una acción puntual fi-
lantrópica y se integra en la gestión empresarial
como una variable más.
La gestión transversal de la RSC requiere un
profesional con habilidades de organización, de
comunicación, analíticas, cognitivas, de proceso
(Johndrow, A. 2009). Pero especialmente debe
4 Actualmente este Foro se encuentra inserto en la asociación
Corporate Excellence.
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mostrarse como gestor resolutivo. Todas estas
habilidades son las que se reúnen en la figura del
Chief Reputation Officcer (CRO)
5
.
El CRO como Director Estratégico elabora y
participa en la definición de la estrategia corpo-
rativa a medio y largo plazo. Siendo ésta su prin-
cipal función debemos concluir que la RSC se
instala en el más alto nivel estratégico y, por tan-
to, coadyuvará a la gestión empresarial.
La responsabilidad Social Corporativa se ma-
nifiesta como responsabilidad de todos y cada
uno de los miembros de una organización, por
lo que todas las funciones críticas y actividades
de la misma deben de asumir dicha responsabi-
lidad en el día a día de su gestión de manera
transversal. La comunicación se revela como la
herramienta indispensable para hacer llegar la
visión, misión y valores fijados en su Estrategia
General a todos los grupos de interés. La dimen-
sión de gestión de la red fluida de comunicacio-
nes a todos los niveles y direcciones, se multipli-
ca exponencialmente al implicar y responsabilizar
a todos los miembros de la organización por lo
que se observa la creación de comités multifun-
cionales o de departamentos bajo la figura de
CRO.
Cuando una corporación encuentra un valor
—aceptado unánimemente e incluso demanda-
do por todos los públicos— (como por ejemplo
la «sostenibilidad», protección medio ambiente,
salud…), la labor del CRO consiste en «empa-
par» de ese concepto todas las funciones de la
compañía de manera transversal, articulando la
5 Casado realiza en su Tesis doctoral un exhaustivo análisis del rol
del Chief Reputation Occer (CRO), (Casado, A.M. 2011: 325 a 346) con-
cluyendo que: El Chief Reputation Ocer es una Dirección Estratégica
que decide conjuntamente con el CEO y la Cúpula Directiva la estrategia
de intangibles de su organización: Reputación Corporativa, reputación
del CEO, Marca, Responsabilidad Social Corporativa, Identidad, Cultura
Corporativa y Comunicación. (Casado, A.M. 2001:343).
gestión de la corporación y siendo clave de su
Plan Estratégico.
En el aludido Foro de Reputación Corporativa
se hablaba de que la sociedad estaba demandan-
do, cada vez más, que las empresas integrasen las
preocupaciones sociales y medioambientales de
los grupos de interés en sus operaciones comer-
ciales. Se sabía que el consumidor español no
estaba dispuesto a pagar más por los productos
responsables
6
, en esos momentos, pero sí lo es-
taba a castigar a aquellas empresas que no tienen
un comportamiento responsable. En este Foro
se concluía que no había duda de que la gestión
social y medioambiental responsable constituye
cada vez más un componente clave para la repu-
tación.
Las mayores exigencias de responsabilidad no
solo provienen de ONG o consumidores sensibi-
lizados, sino también de colectivos tradicional-
mente menos preocupados por estos aspectos
como son los inversores. Los índices de sosteni-
bilidad son cada vez más populares y los fondos
de inversión ética en Europa han experimentado
un crecimiento sin precedentes en los últimos
cinco años.
Pero además, a partir de la década de los 90 el
desarrollo de la tecnología digital y las redes
sociales abría a las corporaciones un canal de co-
municación online que posibilitaba la participa-
ción de los usuarios sobre todo lo que acontece
y les interesa de verdad. Los foros, blogs, redes
sociales se multiplicaban exponencialmente y el
proceso de aprendizaje hacia una actitud de res-
puesta activa hacia las instituciones, organismos,
empresas, etc., se iba consolidando. Señalába-
mos como los blogs corporativos y las redes so-
ciales son los nuevos canales de comunicación
online. A pesar de las suspicacias que pueden
6 Conclusiones del Estudio Eroski 2007.
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generar el dar absoluta libertad al usuario para
que realice sus comentarios, sin duda están sien-
do estudiadas con intensidad por los directores
de marketing. El resultado es que cada vez más
aparece la Red de Internet como elemento de la
estrategia de comunicación corporativa y como
herramienta de posicionamiento (Alonso, M.
2008: 64–68; Martí, J. 2009: 99–100; Ollé, R.,
Riu, D. 2009: 165–166; Ros, V. 2008: 110–114).
Apuntábamos como específicos los objetivos,
expuestos por Ros, de la Responsabilidad Social
Corporativa cuando se canalizan a través de In-
ternet: Divulgación, Transparencia, Accesibili-
dad, Interacción, Relación y Diálogo. Estos obje-
tivos son aplicados a la Web corporativa en su
conjunto y en diferentes epígrafes tales como
Sala de prensa virtual, RSC, Help Desk, Accesos
especiales a socios, blogs corporativos, etc. (Ros.
V. 2008: 112).
El propio manifiesto de Cluetrain (1999) en
sus 95 tesis revela la necesidad de estar pendien-
te de la «conversación» generada entre empresas
y públicos. Esta será la clave del contenido. Las
redes sociales se encuentran en excepcional sin-
tonía con los hábitos culturales de la generación
Net y forman parte del tejido social (Tapscott, D.
Y Williams A. D. 2007: 83).
Concluíamos que en la actualidad cobran
protagonismo dos máximas:
Compartir las preocupaciones con sus comu-
nidades a través de la Red.
El medio ambiente hoy es una preocupación
de la sociedad mundial.
Ellas son la esencia primordial del e–branding
verde.
Partíamos de la definición del e–branding ver-
de como la actividad de construcción y gestión
de marca mediante la asociación de valores me-
dio ambientales, de respeto y conservación de la
naturaleza a través de la utilización de los me-
dios electrónicos digitales e interactivos.
El e–branding verde estaría dentro de lo que la
American Marketing Association (AMA), denomi-
na Green marketing ó marketing verde. La AMA
lo define como el marketing de productos que,
se presume que se encamina a salvaguardar el
medio ambiente. De esta forma, se entiende que
la empresa incorpora actividades de modifica-
ción de diseños del producto, de los procesos de
producción, envases biodegradables, etc. así
como mejores prácticas de distribución y de pu-
blicidad para que el producto sea más respetuo-
so con el medio ambiente.
Vemos, pues que el valor del medio ambiente
ha sido asumido como clave estratégico por las
empresas. ¿Pero se está gestionando adecuada-
mente?
A partir de aquí, seguimos analizando estos
aspectos, con el objetivo de poder tipificar los
diferentes modos de integración de los valores
medioambientales en las estructuras organizati-
vas y sus consecuentes estrategias. En esa oca-
sión partíamos de los diferentes espacios donde
las marcas gestionan su Marketing verde y/o sos-
tenible elaborados por la empresa Foco Estrate-
gias. Aparecería la marca que comunica «lo ver-
de» en su estrategia de branding, dando primacía
a las fuerzas de la imagen y del mercado, y que
podía situarse en tres caminos: Greenwashing o
«lavado verde» en donde la marca dice pero no
hace; Whishfullthinking o «pensamiento ilusorio»
en donde la marca desea que el mundo sea me-
jor pero contribuye poco o nada a ello; y la co-
municación convencional de aquello que efecti-
vamente realizaba en pro de la conservación del
medio ambiente. Si lo que buscaba era apoyarse
en la primacía de las fuerzas del consumidor, la
marca se encontraba con cuatro alternativas: Ser
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sensible a los códigos de valores establecidos en
la sociedad; poner Ecolabels o ecoetiquetas (sím-
bolos) en sus productos que demuestran que su
producción y reciclado produce un menor im-
pacto sobre el medioambiente comprometién-
doles a llevarlo a cabo; difundir las Ecoventajas;
y hacer hincapié en el Beneficio (resultado) de
un comportamiento «verde». Cuando el objetivo
de la marca era sembrar valores que permitían
un cambio en el comportamiento de los públi-
cos a los que se dirigía, en el nivel de branding se
asociaba a Partenaires activos y Ecocool, como
marcadores de tendencias. Por su parte en el ni-
vel de Lifestile se buscaba hacer participar al pú-
blico mediante distintas acciones (plantar árbo-
les, etc). Si la marca se encontraba en situación
de re-posicionamiento y de Breakthrough, ruptura
con lo anterior para provocar un gran avance, se
tenía dos posibilidades: o reinventar el produc-
to, o reinventar la categoría. Actuaciones simila-
res se presentaban si se partía del consumidor, o
se creaba una nueva categoría de producto, o se
convertía el producto en un servicio o se daba
paso a la creatividad, New mind, para encontrar
nuevas vías.
Para no ver desprestigiada la credibilidad de
las empresas que utilizan valores medioambien-
tales. Por ello el pasado 9 de julio del 2009 se
dieron cita en Madrid 22 empresas del sector
energético y de automoción y firmaron un acuer-
do con el Ministerio del Medio Ambiente Medio
Rural y Marino, y la Asociación para la Autorre-
gulación de la Comunicación Comercial —Au-
tocontrol— por el cual se comprometían a cum-
plir un Código de Buenas prácticas para el uso
de argumentos ambientales en la publicidad co-
mercial (automoción y sector energético)
7
.
7 Para difundir este Código, Autocontrol realizó el Seminario «El
nuevo Código de Autorregulación de buenas prácticas para el uso de
Con este Código quedan delimitados los con-
ceptos ambientales más usuales y su utilización
en publicidad y relaciones públicas siendo una
guía para redactores y creativos publicitarios.
Y lo que es más importante, el Código exige
que los argumentos y alegaciones ambientales
utilizadas en la publicidad del sector energético
y automóviles, se basen en pruebas generalmen-
te admitidas, objetivas, actuales, suficientes, y
que sean públicamente verificables.
Así mismo, se contempla la exigencia de que
las alegaciones publicitarias genéricas o no espe-
cíficas sobre beneficios ambientales, del tipo «no
dañino para el medio ambiente», «verde», »eco-
lógico», «sostenible», no se utilicen o de hacerlo,
se acompañen de alegaciones explicativas que
las justifiquen.
Con todo ello se intenta poner freno al abuso
de la utilización de los valores medioambientales
por parte de determinadas empresas y sus mar-
cas, cuyos productos no responden a dichas afir-
maciones. Con este Código de buenas prácticas
España sigue las iniciativas europeas de otros paí-
ses y pretende dar transparencia y credibilidad a
las empresas que están invirtiendo en desarrollos
de productos y sus componentes que conducen
al cuidado y protección de la naturaleza.
Los principios de veracidad en las alegaciones,
de objetividad, respeto a la legalidad vigente, etc.
recogidos en el Código de Conducta Publici-
taria, son aplicables a las alegaciones medioam-
bientales de cualquier campaña.
argumentos ambientales en las comunicaciones comerciales (auto-
moción y sector energético)», en el mes de noviembre de 2009. En
dicho Seminario se explicaron las razones del origen y motivos del
nacimiento de dicho código así como los principios generales conte-
nidos en el mismo (principio de veracidad, principio de objetividad,
demostraciones y testimonios cientícos), la regulación de los argu-
mentos de superioridad y comparativos, normas especiales, signos y
símbolos y declaraciones ambientales de uso frecuente.
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Ahora resta que aquellas campañas que estén
haciendo mal uso de estos valores o se estén
aprovechando del esfuerzo ajeno sean denuncia-
das en Autocontrol o en el Juzgado para evitar el
fraude y para frenar la suspicacia hacia otras em-
presas que si están apostando por el e–branding
verde con honestidad y buen hacer.
A la hora de desarrollar acciones de Respon-
sabilidad Social Corporativa, las empresas deben
tener en cuenta dos aspectos fundamentales: la
credibilidad y la utilización de un lenguaje dife-
rente al normalmente empleado en la publici-
dad
8
.
La Comisión de Publicidad y Mercadotecnia
de la Cámara de Comercio Internacional —ICC—
también consideró la necesidad de elaborar unos
principios que pudieran servir de guía en la ela-
boración de una publicidad legal, veraz y hones-
ta. El 26 de enero de 2010 la ICC presentó unos
nuevos principios marco de referencia sobre la
Publicidad Responsable Medioambiental, que
han sido desarrollados con la European Adverti-
sing Standard Authority —EASA— como sistema
que aglutina a los diferentes sistemas de autorre-
gulación publicitaria europeos, e inspirándose la
Norma ISO 14021 y los principios desarrollados
por la US Federal Trade Commission.
2. Objetivos
Las empresas, en su construcción de Identidad
corporativa y Branding, utilizando valores medio-
8 Así se desprende de un estudio desarrollado por la compañía
de investigación de mercados GfK entre mil consumidores en Alema-
nia. El 54% de los consumidores consultados por GfK contempla las
campañas de Responsabilidad Social Corporativa como algo razona-
ble y agradable. Sin embargo, el 32% reclama también que éstas sean
creíbles y renuncien a la publicidad en su conceptualización. Las per-
sonas de entre 60 y 69 años dan especial importancia a estos dos as-
pectos. Por el contrario, los jóvenes de menos de 20 años se muestran
poco críticos con las acciones de RSC llevadas a cabo por las empresas.
ambientales, pueden situarse en diferentes pla-
nos que revelan tres planteamientos estratégicos.
El valor verde en el ADN de la Compañía.
El valor verde como un aspecto más del
plan estratégico de la Compañía.
El valor verde generador de concepto es-
tratégico de comunicación unido al
plan estratégico.
Nos interesaba conocer más sobre estas di-
mensiones para lo que formulamos los siguien-
tes objetivos a estudiar: Ahora era el momento
de plantearnos las razones que explican el creci-
miento de la utilización de valores medioam-
bientales como estrategia de la Responsabilidad
Social Corporativa de las organizaciones.
Nos preguntábamos si su uso está siendo una
moda de los departamentos de Marketing y sus
agencias de comunicación o realmente surgen
como resultado de un compromiso estratégico al
más alto nivel.
Cuestionábamos las diferencias existentes en-
tre el denominado Marketing verde y la RSC ba-
sada en valores de conservación medioambien-
tal. ¿Trabajan juntos? ¿La diferencia es sólo de
nivel: identidad corporativa vs imagen de marca
de producto?
3. Metodología
La metodología utilizada ha sido cualitativa apo-
yada en la técnica de investigación conocida
como Método Delphi. Como afirma Torrón el
objetivo del método Delphi es obtener y precisar
evaluaciones por parte de expertos en la temáti-
ca de estudio (Torrón, R. 2000: 684).
Para alcanzar el objetivo planteado se definie-
ron los tres perfiles de profesionales:
a) Directores de Agencia, Directores de cuen-
tas, Planner estratégico, Director creativo
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de las Agencia de Publicidad que han uti-
lizado para sus clientes estrategias «ver-
des» off y online. (12)
b) Directores de Comunicación, Directores
de Reputación, Directores de Marketing o
Brand Manager de las Empresas Anun-
ciantes que han utilizado para sus campa-
ñas el concepto «verde» off y online.(11)
c) Profesores universitarios expertos comu-
nicación, estrategias de comunicación y
responsabilidad social corporativa. (12)
Se invitó a participar a 27 miembros, obte-
niendo la aceptación de un total de 25 panelistas.
El instrumento de medida clásico del método
Delphi es la encuesta abierta que se repite en va-
rias oleadas o rondas.
En nuestro caso planteamos hacerlo en dos
rondas, con posibilidad de hacer una tercera si
no obteníamos un consenso en las respuestas y
por lo tanto demasiada disparidad para elevar
conclusiones.
El cuestionario fue redactado de la manera
siguiente:
1. La Responsabilidad social Corporativa no es un
fenómeno de hoy. Muchos años atrás las grandes
corporaciones del mundo invertían en acciones
sociales y culturales en aquellos mercados en los
que tenían interés. Pero desde hace unos años
aparecen los valores medioambientales como con-
ceptos sobre los que trabajar desde este ámbito.
¿Cuál cree Usted que son las principales
razones que lo explican?
El objetivo de esta pregunta era conocer las
razones explicativas del auge de los valores
medioambientales en la comunicación de las or-
ganizaciones dentro de sus estrategias de Res-
ponsabilidad Social Corporativa.
2. Considera que el valor del medio ambiente ha
sido asumido como clave estratégico por las em-
presas o responde tan solo al nivel de estrategia de
comunicación. Es decir es un compromiso empre-
sarial o un mensaje publicitario. ¿Podría poner
ejemplos?
En esta ocasión se deseaba conocer el grado y
nivel de compromiso estratégico sobre los valo-
res medioambientales.
3. Cómo definiría el término Marketing verde y Res-
ponsabilidad Social Corporativa de valores medio-
ambientales. ¿Hay relación entre ambos? ¿Cual es
o debe ser su interrelación y grado de dependen-
cia? ¿En general, quién (a qué nivel) toma la deci-
sión estratégica de ser o parecer «verdes»?
Con esta cuestión pretendíamos ver el grado
de integración entre estos dos conceptos: Marke-
ting verde y Responsabilidad Social Corporativa
engarzada en valores medioambientales.
4. ¿Existe algún modelo de actuación para llevar
a cabo las estrategias de RSC basadas en
valores medioambientales y de protección de
la naturaleza?
El objetivo era conocer los posibles modelos
de actuación estratégica aplicados a la RSC de
valores medioambientales.
5. De todas las técnicas de comunicación posibles
(Relaciones Públicas, Marketing directo, Publici-
dad, Marketing digital —internet y móviles—,
esponsorización, Marketing viral, Marketing en
redes sociales…) cuales cree que favorece mejor o
más se están utilizando para la difusión de los
valores medioambientales como parte de la iden-
tidad corporativa.
En este caso deseábamos saber si había algu-
na de las modalidades de comunicación que se
consideraran más adecuadas para la transmisión
de mensajes de respeto al medioambiente.
6. A nivel de resultados, ¿se está midiendo qué apor-
tan los valores medioambientales sobre la Identi-
dad corporativa? ¿Qué método o patrón de medi-
ción se está utilizando?
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Finalmente, dada la evolución las métricas
que se están aplicando como evaluación de re-
sultados, se pretendía conocer cuáles eran las
más utilizadas.
Tras un análisis de contenido basado princi-
palmente en los valores del parámetro estadísti-
co de la moda (valores más repetidos) se confec-
cionó las primeras conclusiones que fueron
enviadas de nuevo al panel de expertos. En la
segunda oleada se les proporcionaba una escala
de grado de acuerdo con lo concluido por los
participantes del estudio.
Con este material se trabajó para obtener las
conclusiones finales.
Las opiniones recogidas con ocasión de la se-
gunda oleada matizaron estos primeros resulta-
dos, y mostraron el grado de consenso alcanza-
do. El grado de consenso alcanzado en cada
pregunta superó el 70% por lo que se desestimó
una tercera ronda.
4. Conclusiones
Repasando los objetivos que conformaban la es-
tructura del trabajo pasamos a redactar las prin-
cipales conclusiones:
1. Razones que explican el crecimiento de la
utilización de valores medioambientales
como estrategia de la Responsabilidad So-
cial Corporativa de las organizaciones.
El resultado nos lleva a mostrar un panorama
variado de razones que confluyen en un mo-
mento determinado en los mercados involu-
crando a empresas, gobiernos, instituciones y
ciudadanos/consumidores y que explican el cre-
cimiento de la concienciación hacia valores de
respeto y conservación del medio ambiente.
El criterio observado para la tipificación ha
sido la procedencia de las premisas que justifi-
can el crecimiento de la difusión o utilización de
los valores medioambientales. Así, observamos
que hay razones que provienen del público (ciu-
dadanos y consumidores), del producto, de la
empresa, de la competencia, del entorno de los
gobiernos y sus leyes.
Por parte del público/consumidores:
Un interés hacia los productos «ecológi-
cos». Posicionamiento positivo
La mayor preocupación y concienciación por los
temas medioambientales por parte de los consu-
midores y público en general es considerado
como el factor driver de esta materia.
Esta preocupación se manifiesta en el consu-
mo de productos «ecológicos» lo que revela que
empieza a ser muy rentable este perfil de target,
pues diversos estudios revelan su crecimiento.
La mujer, del siglo XXI muestra conductas más
eco–conscientes en relación a épocas anteriores.
Se considera que el posicionamiento, en la men-
te del posible consumidor, de la marca de los
productos/servicios, o de la empresa fabricante o
comercializadora/distribuidora, sigue teniendo
validez actualmente a la hora de influir en las
decisiones de compra. Los valores medioam-
bientales actúan en ese posicionamiento mental
deseado por las empresas. Los consumidores es-
pañoles asocia el concepto sostenibilidad con
valores como equilibrio, integridad, salud, co-
munidad, oportunidad y futuro. No obstante
también se relaciona con precios elevados, sacri-
ficio, culpa y el pasado.
Un activismo ciudadano de denuncia
Esta concienciación y la posibilidad de los me-
dios digitales permiten una mayor actividad de
las personas a la hora de denunciar determina-
dos comportamientos empresariales con el con-
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siguiente deterioro en su identidad corporativa e
imagen de marca.
Los ciudadanos y consumidores pueden in-
fluir también en las decisiones gubernamentales
sobre temas medio ambientales a través del acti-
vismo, el protagonismo de los consumidores y
los nuevos cambios sociales. Las dos causas origi-
nales son ciudadanos más comprometidos y go-
biernos más comprometidos. Y entre ellos existe
un «bucle» de influencias. Los gobiernos son más
comprometidos con el medio ambiente porque
los ciudadanos así se lo exigen. Y los ciudadanos
son más comprometidos con el medio ambiente
porque el gobierno establece condiciones que fa-
vorecen ese compromiso creando leyes de res-
ponsabilidad civil/penal/administrativa medioam-
biental con los consiguientes seguros, empresas
de rating, impuestos ecológicos, etc.
Por parte del producto y su marca:
Lo «verde» vende
Los atributos ambientales unidos a las caracte-
rísticas del producto han ganado en importan-
cia tanto en la imagen de marca como en el per-
fil del producto. «Lo verde vende», y sin ánimo
de generalizar, se da un aumento de beneficios a
través de los posicionamientos ecológicos. A
esto se une las oportunidades del branding que
obtienen las empresas al desarrollar programas
ecoeficientes en la coyuntura socio–económica
actual. Se aprecia una mayor atención por con-
figurar el valor de marca, y hacia los medios o
técnicas de comunicación que antes eran menos
utilizados. Pero sobre todo lo «no verde, no
vende», lo que hace que muchas empresas in-
corporen mensajes generales y ambiguos referi-
dos al medio ambiente en su etiquetado y en su
publicidad, pero sin un verdadero compromiso
medioambiental.
Por parte de la empresa:
Protección ante posibles situaciones de
crisis de origen medioambiental.
Como consecuencia de ese mayor activismo por
parte de los consumidores las empresas muestran
mayor sensibilidad y miedo al riesgo para su ima-
gen si sus acciones llegaran a tener un impacto
negativo en el ambiente, sea en su entorno inme-
diato o a nivel global. Sienten que tienen mayor
visibilidad por lo que pueden estar más expuestas
a las reacciones negativas del público. Para las em-
presas, no atender estas demandas emergentes de
más responsabilidad y transparencia supone un
riesgo empresarial que puede afectar (como se ha
demostrado en muchos casos) a sus resultados
económicos, e incluso a su supervivencia.
Por exigencia legal y de concienciación
Aunque tradicionalmente las grandes corporacio-
nes han dedicado fondos a acciones sociales, hoy
en día ninguna gran corporación está exenta de
cumplir con los compromisos de sostenibilidad
no solo por aplicación estricta de leyes y acuerdos
sino también porque de su actuación en este ám-
bito dependerá la imagen que todos los públicos
objetivos se forjen de ellas (consumidores, líderes
de opinión, instituciones, etc.). Hoy en día se ha-
bla de economía sostenible. Una gran corporación
no debe plantearse obtener beneficio si esto supo-
ne un coste en medio ambiente o llevar a cabo
proyectos no sostenibles. Se considera que en ge-
neral, las prácticas sostenibles forman parte de la
mayoría de los códigos de buen gobierno de las
compañías y es especialmente relevante en aque-
llas que, por su propia actividad, sean más sospe-
chosas de incumplimiento (petroleras, Industrias
químicas, papeleras etc.).
Pero no es sólo miedo al riesgo lo que les hace
actuar. Cada vez hay una concienciación mejor y
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más profunda en estos temas por parte del mun-
do empresarial. Además esta concienciación se
extiende a todos los públicos con los que se rela-
ciona, proveedores, clientes, trabajadores, inver-
sores, distribuidores, ciudadanos, etc. No obs-
tante las empresas van caminando hacia ese
objetivo, pero lentas, en parte por su propia iner-
cia como grandes instituciones y en parte por-
que no es, en la mayoría de los casos, crítico para
sus objetivos de negocio a corto plazo.
Por salvar la imagen y ser rentables:
Ética vs. Ecacia/rentabilidad
Sigue viva la disyuntiva entre ética y eficacia. La
óptica agresiva/competitiva de la que se imbuye
a los alumnos en las Escuelas de Negocios de
todo el mundo, prima la eficacia pero se olvida
de la ética. Las recientes crisis de grandes colosos
corporativos ha puesto en evidencia este hecho.
La sociedad es consciente de ello, Y muchas
grandes corporaciones sienten ahora más que
nunca la necesidad de desmarcarse y «comprar»
cariño social.
El factor de responsabilidad empresarial entra
en juego. Desde un punto de vista externo, como
responsabilidad directa o indirecta de muchas
compañías y corporaciones sobre el impacto en
el medio ambiente de sus actividades. Y desde la
perspectiva interna basada en el convencimiento
personal de los responsables de la empresa.
Contemplado desde los objetivos empresaria-
les esta responsabilidad corporativa se identifica
y desarrolla en un quíntuple plano en su cuenta
de resultados:
Económico nanciera
Ya no es suficiente crear riqueza y valor para la
empresa y sus accionistas. La necesidad de aho-
rrar costes en la producción, tanto empresarial
como social, así como el clima de concienciación
generalizado que existe sobre estas cuestiones,
máxime en la actual época de crisis.
Social
Crear riqueza y valor en el entorno social; es de-
cir, el compromiso de las Compañías por invertir
en las comunidad en las que operan.
Medio Ambiental
Crear riqueza y valor en el entorno natural donde
se ubique la empresa; además se deben producir
bienes y servicios que tengan una demanda en el
mercado pero garantizando la sostenibilidad del
entorno y del planeta.
Buena Gobernanza
Las compañías no sólo deben ganar dinero, sino
que deben hacerlo de forma ética, con Códigos
de Conducta, con transparencia informativa y con
prácticas y sistemas que impidan la corrupción,
los sobornos y, en definitiva, con líderes empre-
sariales que den ejemplo de liderazgo ético.
Gestión del Talento
Las Compañías están obligadas a tratar bien a
sus empleados, a proteger la diversidad dentro
de sus organizaciones, a ayudar a que se desarro-
llen personal y profesionalmente, a ofrecer pro-
yectos de carrera atractivos, a formarles adecua-
damente, a promover el equilibrio entre sus
vidas profesionales y personales y a respetar los
derechos humanos en todos los mercados en los
que operen.
Finalmente otro factor a tener en cuenta es la
creciente importancia que están obteniendo las
Agencias de Social Rating e índices éticos, equi-
librando así la balanza entre ética y rentabilidad.
Por recuperar la conanza
Desgraciadamente existe un gran nivel de escep-
ticismo por parte de los consumidores ante cual-
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quier «campaña» de RSC y la consecuente nece-
sidad de asegurar que ésta (la RSC) no se vea
sólo como una «acción» sino más bien como el
propio y nuevo código genético (ADN) de la em-
presa. Ese ADN debe expresarse en todos los
niveles y ser palpable y genuino: entendido y
seguido por los empleados y por todos los direc-
tivos en todos los detalles del proceso de diseño,
fabricación, marketing, comercialización y servi-
cios relacionados con sus productos.
Por parte de la competencia
Hay también un factor de imitación, «me too».
Un efecto de inercia en la industria que hace que
se inicie la utilización de valores ecológicos al
observar que la competencia lo hace y le va bien.
Muchas veces basta con que la competencia se
vuelva verde para que la empresa también lo
haga. El efecto dominó que genera la actuación
medioambiental de un competidor de referencia
es la clave del éxito de muchas prácticas medio-
ambientales.
Por parte del entorno: presión legislativa
Los Gobiernos y sus leyes
No hay duda de que el principal factor se ejerce
a través de la presión legislativa, consecuencia
del cambio de enfoque de gobiernos y organiza-
ciones por frenar el cambio climático. El medio
ambiente se ha convertido en foco de preocupa-
ción prioritario para los gobiernos, regulados
además por diferentes acuerdos internacionales
(Protocolo de Kioto y demás acuerdos) a partir
de los cuales los países y sus gobiernos se com-
prometen a llevar a cabo actuaciones sostenibles.
El poder, sin embargo, y la capacidad de que es-
tos acuerdos se cumplan, no depende solo de los
gobiernos. El poder hoy en día reside también
en las grandes corporaciones por lo que los go-
biernos presionan a éstas para que se obliguen a
su cumplimiento llevando a cabo políticas de
actuación en su forma de actuar y en sus proce-
sos que no deterioren en medio ambiente.
La sociedad globalizada
Por otro lado se encuentra el propio desarrollo
de las sociedades más ricas del planeta que ya no
están dispuestas a permitir el que las Compañías
operen de cualquier forma para obtener sus ob-
jetivos de negocio. Las empresas reciben fuertes
presiones por parte de diferentes colectivos: ins-
tituciones, ONG’s, inversores, ciudadanos y em-
pleados. E incluso esta influencia no es sólo de
índole local o nacional, sino que también actúa a
nivel global. Las Organizaciones No Guberna-
mentales de carácter medioambiental junto con
los medios de comunicación ejercen cierta in-
fluencia en la opinión pública, así como podrían
llegar a concienciar a los poderes públicos sobre
la necesidad de llevar a efecto regulaciones y le-
gislaciones ad hoc.
2. Su uso está siendo una moda de los depar-
tamentos de Marketing y sus agencias de
comunicación o realmente surgen como
resultado de un compromiso estratégico al
más alto nivel.
Aparecen las dos posturas claramente defini-
das y que pueden resumirse en dos términos:
COMPROMISO vs LAVADO VERDE (Greenwas-
hing).
La categoría «compromiso» se articula con las
siguientes variables:
a) El valor del medio ambiente ha sido asumi-
do como clave estratégico por las empresas.
b) Es un compromiso real en la relación que
mantiene con sus grupos de interés (stake-
holders) más directamente implicados en
su sector productivo.
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El valor medioambiental y su avance en la Estrategia de Empresa · págs. 8 a 31
c) Es necesario cumplir las exigencias legales,
ambientales y sociales e ir más allá. Aun-
que no todos los sectores de actividad in-
dustrial y comercial tienen las mismas exi-
gencias legales.
d) Requiere cambios estructurales. Aspectos
como la eficiencia de los recursos utiliza-
dos, el desarrollo de políticas medioam-
bientales de reciclaje de residuos, de reuti-
lización de materiales y de protección de
la biodiversidad, el planteamiento de polí-
ticas sociales de cooperación y de contra-
taciones, la selección responsable de las
materias primas utilizadas, el rediseño de
productos, la educación medioambiental,
la comunicación ecoeficiente, los progra-
mas de marketing experiencial «sosteni-
bles», etc.
e) Proporciona oportunidades de negocio.
f) Proporciona valor a la marca: la comunica-
ción como herramienta que permite crear
actitudes positivas hacia la marca ya que el
valor de la sostenibilidad está impactando
al consumidor.
g) Reclama una nueva definición y papel de la
ética, honestidad, sinceridad y una crítica
más profunda al actual modelo de negocio.
La categoría «Lavado verde» se muestra con
los siguientes ítems:
a) Uso de la responsabilidad Social Corpora-
tiva como herramienta cosmética en la co-
municación de la empresa y en ese sentido
con ese valor, la comunicación persigue
imagen y poco más.
b) La presión de ventas y obtención de resul-
tados propicia esta estrategia de Marketing
para favorecer la imagen y el posiciona-
miento.
c) Cuando hay una obligación legal se apro-
vecha para usarla en la comunicación.
d) Es una estrategia de comunicación.
e) Es mera publicidad oportunista que apro-
vechan el interés popular en la temática y
enmascaran objetivos con fines lucrativos y
publicitarios. Esta es la situación de gran
parte del tejido empresarial, según los ciu-
dadanos españoles.
f) Las empresas tienen que elegir entre dedi-
car recursos a proteger el medio ambiente o
a campañas publicitarias que transmitan su
preocupación por el tema. Como suele ser
más sencillo (y más barato) lo segundo que
lo primero, se inclinan por esta fórmula,
aderezada con algunas medidas objetivas,
más cosméticas que profundas.
g) Los resultados priman sobre la ética. Se tra-
baja bajo una ética de «todo vale» si hay
resultados.
Junto a estas dos categorías básicas aparece
una hibridación al señalarse que existen situa-
ciones en donde se combina el convencimiento
estratégico corporativo y a la vez se hace comu-
nicación «verde» mientras se van realizando los
cambios estructurales que son complejos y a lar-
go plazo.
2. Diferencias existentes entre el denominado
Marketing verde y la RSC basada en valo-
res de conservación medioambiental. ¿Tra-
bajan juntos? ¿La diferencia es sólo de nivel:
identidad corporativa vs imagen de marca
de producto?.
Recogemos en primer lugar las definiciones
en torno a la RSC de valores medioambientales,
Marketing verde y las relaciones entre ambos. A
continuación concluiremos sobre quien debe re-
caer la decisión estratégica. Y Finalmente expon-
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dremos las modalidades de comunicación que
mejor se adecuan.
Para trabajar sobre la definición de Responsa-
bilidad Social Corporativa de valores medioam-
bientales, hemos observado cierta disparidad de
matices, que la enriquecen y abren a otros espa-
cios de interés, por ello, siguiendo los resultados
del análisis de contenido, se han perfilado una
serie de categorías definitorias.
La RSC de valores medioambientales
involucrada en la estrategia de empresa
La RSC consiste en incorporar en la estrategia de
la empresa (y en todas las áreas de actividad de
la misma) la gestión de los impactos sociales y
ambientales de la organización que pueden afec-
tar o afecten a los grupos de interés de ésta, y
todo ello desde el principio de transparencia y
diálogo con dichos grupos, cumpliendo y supe-
rando las exigencias legales que puedan afectar a
la empresa.
Así definida la RSC, como vector estratégico,
que debe ser gestionado y medido con herra-
mientas de gestión, y que debe estar vinculado a
la naturaleza y actividad concreta de la empresa,
sí es algo nuevo (aunque su inicio se remonta ya
a casi una década), ya que va más allá de accio-
nes puntuales y/o proyectos de mecenazgo o pa-
trocinio. En la sociedad actual basada en la
transparencia y compromiso de las marcas, estos
objetivos son imposibles de alcanzar sin una po-
lítica de RSC verde liderada por la alta dirección
de las compañías. Para ello, debería en primer
lugar desarrollase una estrategia de RSC ecológi-
ca para posteriormente difundirse. Es decir, pri-
mero ser realmente ecológico, para luego difun-
dirlo.
En este punto, cabría definir la sostenibilidad
como el uso equilibrado que pueden hacer las
empresas de las fuentes de capital que tienen a
su alcance. Podríamos decir que se trata de bus-
car el equilibrio entre lo que hasta ahora ha sido
el único objetivo de las compañías, los ingresos,
pero incorporando en la actuación otros aspec-
tos para redefinir la forma de orientase al merca-
do sin contribuir de forma negativa a nivel
medioambiental y social.
Lo que supone la sostenibilidad para las em-
presas es un elemento de valor de ventaja com-
petitiva, porque las que son líderes entienden
que para mantener su posicionamiento, es abso-
lutamente fundamental ser sostenibles.
Por tanto, la decisión estratégica de ser «ver-
des» vendrá determinada por una tipología de
empresas con diversos mensajes ecológicos:
Empresas que emplean en sus mensajes adje-
tivos e imágenes sanas pero que se caracteriza
por un bajo nivel de conciencia ecológica ya
que no se utilizan atributos comunicacionales
de claro contenido ecológico como residuos,
tecnología, consumo, etc.
Empresas de carácter heterogéneo que mani-
fiestan un compromiso con el medio ambien-
te en forma de campañas ecológicas y alusio-
nes a su contribución al medio ambiente.
Empresas con un alto nivel de conciencia
ecológica que utilizan argumentos medioa-
mbientales referidos a las características inter-
nas del producto.
La RSC de valores medioambientales
vínculo de unión y relación entre la
sociedad y la empresa
Una forma de entender las relaciones de la em-
presa y la sociedad en la que la búsqueda por
proteger el medio ambiente y reducir el daño
que se causa al medio ambiente se traslada a to-
das las actividades de la empresa: producción,
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selección de proveedores, formación de los em-
pleados, elección de los distribuidores.
La RSC de valores medioambientales como
plasmación de una ética empresarial
Es el modelo que permite avanzar hacia una em-
presa más humana y sostenible, que responde a
un nuevo patrón de ética empresarial. Es un va-
lor empresarial, patrimonio de los principios éti-
cos de la empresa. El camino es hacer las cosas
bien de cara al medio ambiente y a la sociedad
en su conjunto.
La RSC de valores medioambientales
como medio/instrumento para prevenir
conictos, salvar situaciones de crisis o
«lavar la cara» de la empresa o marca
La RSC referida a valores ambientales se debe
referir a la minimización de los impactos am-
bientales de la compañía, por lo tanto centrán-
dose en los de mayor importancia. A menudo
los impactos que se corrigen pueden no tener
valor de comunicación.
Las empresas que «contaminan» lavan su
imagen apoyando o poniendo en práctica accio-
nes pro–ecológicas (ejemplo: cementera que
compra y planta pinos). Es simplemente un he-
cho puntual de cara a lavar las malas conciencias.
Definiciones de Marketing verde:
Marketing habitual + objetivo medioam-
biental
Un proceso de planificación, implantación y
control de una política de producto, precio, dis-
tribución y promoción que permita conseguir
los 3 siguientes objetivos de forma simultánea:
1) Que las necesidades del cliente sean satisfe-
chas, 2) Que la empresa obtenga beneficios y 3)
Que el proceso de intercambio sea compatible
con el medio natural.
Es el marketing basado en atributos am-
bientales.
Marketing de productos ecológicos
Es el marketing de productos que respetan el
medio ambiente.
Venta de productos/servicios cuyo posiciona-
miento estratégico o comercial se basa en valores
medioambientales. Por ejemplo, a través de una
ecoetiqueta la empresa hace un marketing de
producto ecológico, pues centra su mensaje en
el hecho de que el producto se puede catalogar
como ecológico.
Una losofía de actuación, un «contrato
social»
Es una filosofía, una forma de entender las rela-
ciones entre la empresa, sus clientes y la sociedad
en general. Se asume que la empresa tiene firma-
do un «contrato social» y por tanto debe pensar
tanto en las necesidades y deseos de sus clientes
actuales como en el bienestar general de la socie-
dad (necesidades y deseos de los clientes futu-
ros). Es un cambio profundo en la empresa,
puesto que afecta a su razón de ser y a su filoso-
fía (tipo de oferta, etc.).
Por otra parte, se estará cometiendo un error
si se hace «marketing verde» sin que realmente
la empresa tenga un compromiso estratégico con
el respeto al medio ambiente, y/o el producto que
se lanza de esta forma no responde realmente a
la promesa que encierra dicho posicionamiento.
Cabría analizar cómo se vincula la sostenibili-
dad a la marca. Para ello, debe existir un com-
promiso real y que se pueda generar una expe-
riencia sostenible demostrada con hechos. Esto
es, crear un negocio para contribuir al desarrollo
socioeconómico más allá de vender un yogur. El
objetivo es social a la vez que rentable. Se trata
de crear más valor con menos impacto y de rela-
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cionar el valor del producto o servicio con su
influencia ambiental. Y es que, aunque a veces se
olvide, lo cierto es que sin los servicios que pres-
tan los ecosistemas, la actividad económica sería
imposible. Ante fenómenos como la desertiza-
ción y la deforestación, parece evidente que sin
sostenibilidad, no puede haber innovación. El
marketing ecológico desde una perspectiva em-
presarial podría definirse como el proceso de
planificación, implantación, control de una polí-
tica de producto, precio, promoción y distribu-
ción que permita conseguir que las necesidades
de los clientes sean satisfechas, que los objetivos
de la organización sean conseguidos, que se pro-
duzca una situación en la que todas las partes
implicadas salgan beneficiadas (win–win–win), y
que el proceso genere el mínimo impacto nega-
tivo posible en el ecosistema. Los objetivos que
se persiguen son redirigir las elecciones del con-
sumidor para conseguir que se incremente el
número de consumidores ecológicos, reorientar
el marketing mix y reorganizar el comporta-
miento de la empresa.
Una moda
Estos términos como «Marketing Verde» y de-
nominaciones por el estilo son más el producto
de una moda que algo que implique en conteni-
do y estrategia a los valores relacionados con la
Responsabilidad Social. No debemos olvidar que
la comunicación es muy oportunista y siempre
relaciona y se apoya en términos que los discur-
sos sociales siempre observan favorablemente.
«Marketing verde» suena de entrada como
algo mucho más superficial, donde se pone en
duda, por inferencia y experiencia, el compro-
miso de la entidad.
Una paradoja
El marketing verde es una contradicción en si
misma ya que una compañía o un negocio, han
de ser respetuosos con el medioambiente como
han de ser transparente y éticas y tratar bien a sus
empleados, etc. El compromiso con el medio-
ambiente y la sostenibilidad son una obligación
en sí mismas y no forman parte de la ventaja
competitiva de un negocio. Es una obligación
primigenia para poder estar en el mercado. Si no,
a la larga, el mercado, las leyes y los medios de
comunicación acabarán expulsándolas del mis-
mo. Pero siempre habrá productos ecológicos y
otros menos ecológicos. La clave está en la cuota
de mercado que tendrá cada uno de estos tipos
de productos. Según la madurez medioambiental
del consumidor, el tamaño del segmento de com-
pradores que compren unos productos u otros
irá variando.
Con respecto a quien toma la decisión encon-
tramos las dos posturas que revelan el caso de
compromiso y el del «lavado verde».
La decisión de adquirir un compromiso estra-
tégico de respeto y valoración del medio am-
biente se debe situar siempre en el más alto nivel
(CEO, Fundadores, Consejo de Administración,
Consejero Delegado, Dirección general). Dicha
certeza puede ser fruto de un convencimiento de
que la estrategia verde es la mejor de las opcio-
nes competitivas o que responda a un plantea-
miento ético hondamente sentido.
Por su parte, la decisión de un «lavado verde»
(maniobra de relaciones públicas y comunica-
ción) se toma desde la alta dirección y la Direc-
ción de Marketing junto con la agencia de publi-
cidad, los asesores de imagen y comunicación.
Por otro lado, si se busca el responsable último,
la decisión estratégica parte de la empresa como
resultado de la investigación sobre el mercado y
el consumidor, y de las decisiones tomadas por
el departamento de marketing en relación a la
marca y su imagen. El consumidor se ha posicio-
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nado a favor del medio ambiente, por lo que este
concepto es valorado por marketing para su
imagen de marca.
4. Intuíamos que la planificación estratégica
ha madurado de tal manera que podemos
observar que ya se están estructurando mo-
delos de actuación estratégica en RSC con
valores medioambientales. ¿Será cierto? ¿En
qué se apoya principalmente, ¿en Publici-
dad, en Relaciones Públicas, en un mix de
todas?
La principal conclusión es que cada caso va
creando su propio modelo de planificación es-
tratégica, por lo que dependiendo de diversos
factores y tiempos, se nos muestra una rica varie-
dad. No podemos concluir que en este campo
haya cierta estandarización de modelos, pero si
se atisba ciertos principios reguladores que se
van difundiendo entre las empresas, con el con-
siguiente proceso hacia paradigmas comunes.
Según la aproximación que se haga obtendre-
mos los siguientes modelos.
A través de una aproximación normativa
y/o la creación de modelos inspirándose
en las certicaciones ISO, o en el Pacto
Global de las Naciones Unidas, o en los
informes de sostenibilidad
Hay una posición unitaria en reconocer que las
actividades de RSE van más allá del cumpli-
miento legal. En consecuencia, cualquier aproxi-
mación normativa es previa a cualquier compro-
miso de cualquier empresa con la RSE. Primero,
se cumple la ley, después se piensa como se pue-
de hacer algo en RSE.
Se considera que sería importante impulsar
un sistema de certificación como las de las nor-
mas ISO a nivel ambiental. Certificaciones como
ISO 14000 o EMAS. Las hay además para temas
parciales.
El Pacto Global de las Naciones Unidas pro-
pone el compromiso voluntario y el reconoci-
miento de aquellas empresas que sean eficientes
en términos de sostenibilidad y que plantean
ejemplos para integrar el cuidado del medio am-
biente al proceso de desarrollo en lugar de verlo
como un conjunto de acciones aisladas, discon-
tinuas y sujetas a las necesidades publicitarias.
Los 10 principios propuestos por la iniciativa
incluyen 3 relacionados a las prácticas respetuo-
sas del medio ambiente y a la difusión de tecno-
logías ecológicas.
La sistemática de los informes de sostenibili-
dad puede ser una buena metodología.
Según el sector productivo y el tipo de
comunicación en medios
Existen varios modelos, muchas veces en depen-
dencia con el sector productivo y por tanto con
el tipo de empresa de que se trate.
Los más preocupados por conocer a fondo
sus grupos de interés y dirigir su comunica-
ción en forma y tiempo a esos grupos. La co-
municación mediática convencional apenas
si tiene presencia (Ejemplo: Caso Abengoa).
Los más preocupados en trasladar valores a
los ciudadanos en general, más allá del cono-
cimiento explícito de sus grupos de interés.
La comunicación mediática convencional
tiene una presencia específica en forma de
patrocinios o acciones puntuales (Ejemplo:
Caso Iberdrola).
Los más preocupados en legitimar y por ello
disfrazar los valores negativos de la empresa a
través de valores de apoyo y defensa del ciu-
dadano o la sociedad. La comunicación me-
diática tiene la mayor presencia posible
(Ejemplo: Caso Repsol).
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• Según el proceso a llevar a cabo
Como cualquier proceso estratégico de co-
municación las etapas a seguir serían:
a) Obtener un compromiso claro y decidido de
la alta dirección por la RSC medioambiental.
Cualquier modelo de actuación responsable
pasa por asumir compromisos explícitos y
rendir cuentas sobre el cumplimiento de di-
chos compromisos. En el caso del medio am-
biente, no hay excepciones.
b) Transmisión de ese compromiso a todos los
empleados de la organización y ofrecer la for-
mación adecuada en tal sentido.
c) Introducir los cambios que requiera una ges-
tión medioambiental adecuada en todas las
actuaciones, procesos y procedimientos inter-
nos de la empresa, especialmente en los as-
pectos productivos.
d) Transmitir a todas las empresas vinculadas a
la nuestra, nuestra filosofía y nuestras exigen-
cias medioambientales. Así como a los posi-
bles crowdsourcing
9
.
e) Finalmente, comunicar el compromiso, las
acciones y los resultados medioambientales
que se vayan obteniendo. Usando los instru-
mentos de comunicación más adecuados y
buscando los transmisores, aliados y pres-
criptores más adecuados. Un elemento clave
de la RSC, basándonos en el TQEM o Gestión
de la Calidad Ambiental Total, es el establecer
unas relaciones fluidas y bidireccionales con
los stakeholders, incluidos los grupos ecolo-
gistas.
9 Término proveniente del inglés crowd (multitud) y outsourcing
(externalización), que se podría traducir al español como colabora-
ción abierta distribuida, consiste en externalizar tareas que, tradicio-
nalmente, realizaba un empleado o contratista, a un grupo numeroso
de personas o una comunidad, a través de una convocatoria abierta.
• No hay un modelo universal
Se tiene conciencia de que no hay ninguno váli-
do para cualquier empresa pues depende mucho
de la compañía, de su dimensión, naturaleza,
ámbitos de operación, tipología de proceso, etc.
y, sobre todo, de las comunidades a las que im-
pacta. Los modelos deben ser muy específicos
para cada compañía. También es cierto que cada
vez se están extendiendo a más ámbitos de los
procesos, y se están haciendo más y más com-
plejos. (Desde toda la cadena de suministro a la
propia composición de los productos).
Existen varios modelos (modelo danés, mo-
delo de prevención de riesgos laborales, diferen-
tes modelos de responsabilidad social y muchos
sistemas de gestión adecuados); cada vez más las
empresas con unos códigos internos muy estric-
tos parcelan perfectamente los modelos de ac-
tuación y sobre todo los objetivos a conseguir en
materia medio ambiental y protección de la na-
turaleza.
Existen herramientas que pueden ayudar a
diseñar y evaluar estrategias de RSC, pero cada
empresa debe diseñar su propia estrategia y mo-
delo de gestión de la RSC atendiendo a diferen-
tes cuestiones: las tendencias del entorno, las
peculiaridades y retos de su sector, su proyecto
empresarial y realidad organizativa, y las deman-
das y expectativas de sus grupos de interés (in-
ternos y externos) en materia de RSC. En defini-
tiva, debe aplicar lo que se conoce como
«principio de materialidad» a la hora de definir
su modelo de RSC, incluyendo, por supuesto,
los aspectos relacionados con la protección de la
naturaleza.
• Un modelo donde participe el consumidor
Es definitivo potenciar el papel activo del consu-
midor, provocando que responda a las acciones
y se implique en la nueva estrategia verde de
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marcas y empresas transparentes del Siglo XXI
(las llamadas «New Brands»), dado que los mo-
delos actuales para la implementación de la RSE
ya consideran el diálogo y la relación con los
grupos de interés. Otra cosa es que las empresas
estén desarrollando sus actividades teniendo en
cuenta este hecho, pero el concepto está con-
templado en las guías y modelos existentes.
En relación a las técnicas y modalidades de
comunicación la conclusión generalizada es que
se pueden utilizar todas ellas pues son aptas para
esta finalidad. La elección o el mix depende de
cada empresa y de sus asesores (agencias de co-
municación, consultoras de comunicación, etc.),
así como del sector empresarial. Las más eficaces
son, como en cualquier otra actuación de mar-
keting, las que mejor y mayor impacto tienen en
el público objetivo, tanto cuantitativa como cua-
litativamente. Varían con cada empresa, produc-
to o servicio.
Por tanto, los medios de comunicación más
adecuados dependerán de dos aspectos: a quién
nos queremos dirigir y qué objetivos persegui-
mos.
a) Hay que tener en cuenta que el destinatario de
la comunicación ecológica no son solo el con-
sumidor final, lo son todos sus stakeholders o
grupos de interés. Por tanto, los medios a em-
plear dependerán del grupo al que tratemos
de llegar. Por ejemplo, el más idóneo para
llegar a los inversores y a los socios parece ser
las memorias de sostenibilidad (basadas en
los criterios del Global Reporting Initiative
GRI— o no). Para llegar a la comunidad don-
de se ubica la empresa puede valer con orga-
nizar días de puertas abiertas, o eventos
locales. Para llegar a consumidores sería inte-
resante la comunicación a través del propio
etiquetado del producto o los mass media.
b) Hay que tener en cuenta qué se pretende
perseguir con la campaña de comunica-
ción. Si se buscan ventas directamente en-
tonces puede ser adecuado la publicidad,
pero si se busca posicionar la empresa o la
marca como empresa/marca verde y hones-
ta, las relaciones públicas tendrían mayor
aceptación.
Los valores medioambientales y en definitiva
los valores relacionados con la Responsabilidad
Social pueden transmitirse en cualquier forma-
to, pero resulta clave hacer un estudio pormeno-
rizado de la naturaleza del sector productivo, los
grupos de interés y el ámbito en el que se sitúa la
empresa.
El marketing digital y las redes sociales son
canales muy emergentes, con creciente impor-
tancia y deben ser objeto de atención. Son aque-
llas que permiten y priman la escucha y el diálogo
con los públicos de la organización. El marke-
ting digital en Internet y en las redes sociales ge-
nera interactividad con los receptores. La gestión
de la reputación de la empresa en la Red se está
convirtiendo en una de sus principales preocu-
paciones, al ser la web social un canal en el que
la interconectividad entre los usuarios les permi-
te expresar y compartir públicamente sus opi-
niones y experiencias como consumidores. El
usuario se coloca, de este modo, en el centro de
la relación con las marcas y, ahora más que nun-
ca, de él depende el éxito empresarial. Las herra-
mientas de comunicación digital se configuran,
en este contexto, junto a programas de RR.PP.
que mejoren la RSC, en fundamentales para lle-
var a cabo la difusión de argumentos «verdes».
Algunas de estas herramientas de comunicación
digital serían: blogs y videoblogs, redes sociales,
marcadores sociales y agregadores, wikis, análisis
de la reputación online, comunidades online, etc.
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Todo ello con el objetivo de hacer participar
al usuario. La participación es el paso que se ha-
brá conseguido cuando el usuario se identifique
con la marca, cuando la haga suya, cuando haya
detectado beneficios útiles, racionales, emocio-
nales y sociales. No se debe olvidar que el grupo
de jóvenes internautas habituales, que pasan
mucho tiempo conectados y usan frecuente-
mente las redes sociales suelen tener ya una cier-
ta formación y educación medioambiental y son
más receptivos y proclives a participar en movi-
mientos sociales
10
.
Cada vez es más importante internet, tanto
por su faceta social como por pertenecer a un
ámbito corporativo en el que las empresas pue-
den explicar en detalle sus acciones y hablar de
sus resultados.
En cualquier caso se considera que los valores
ambientales de la marca son valores «soft», y por
ello precisan actuaciones a largo plazo.
5. ¿Cómo se está midiendo la incidencia del
valor medioambiental?
Algo más de la tercera parte de los expertos
encuestados demuestran desconocimiento sobre
los métodos de medición sobre el aporte de los
valores medioambientales a la Identidad Corpo-
rativa. Por lo que la categoría NO LO SE es la
que más podemos resaltar.
Una de las explicaciones se dirige hacia la di-
ficultad de medir intangibles en vez de GRPs.
10 Un ejemplo (aunque negativo) del poder del marketing en las
redes sociales y del efecto viral que se puede conseguir es la campaña
llevada a cabo por Greenpeace contra Kit Kat (Nestlé) en las redes so-
ciales: http://www.greenpeace.org/espana/campaigns/bosques/kit-
kat-take-action-2 Es importante que la empresa sepa utilizar los me-
dios de comunicación on-line para promocionar sus productos
ecológicos o su posicionamiento corporativo, pero también deben
estar alerta de su uso como medios de contra-publicidad. Como ejem-
plo están varios anuncios que circulan por Internet de contra-publicidad
contra la campaña «Reinventemos el mundo» de Repsol YPF.
Para medir los intangibles o los nuevos valo-
res se han utilizado (con independencia de las
auditorias) algunos modelos de análisis como el
RepTrak
11
. Los nuevos valores exigen técnicas
más distanciadas de la cierta obsesión de medir
por medir y deducir de ahí cuantificaciones eco-
nómicas. Un valor como la transparencia o la
misma reputación (con todo lo que esta catego-
ría significa) no puede medirse como un GRP.
Eso explicaría el por qué las personas descono-
cen modelos o si no los desconocen dudan de
que sean realmente objetivos en sus mediciones.
• Auditorías
Normalmente se utilizan las auditorías y ran-
kings al uso. Todas ellas se recogen con detalle en
Internet y se adaptan a lo exigido por el GRI, el
Pacto Mundial, el Libro Verde, etc. Los patrones
de medición y los métodos son muy genéricos y
obedecen en términos generales al cumplimiento
de unos determinados niveles de comportamien-
to de cara al ciudadano o a sus procesos produc-
tivos. Se señala la herramienta diseñada por Ha-
vas Media: Sustainable Futures Quotient (SFQ).
También estarían los típicos reporting aunque es-
tos no identifiquen que parte de la Reputación
Corporativa conseguida se deba a la aplicación
de los valores medioambientales.
Técnicas de investigación de mercado
Encuestas de opinión pública. Encuestas de
opinión del tipo, por ejemplo, de las realizadas a
directivos y consumidores sobre la RSC, em-
prendidas en España por consultoras como De-
loitte o Forética, la Asociación española de em-
presas y profesionales de la RSE.
11 El RepTrak es un modelo de medición escalabre de la gestión re-
putacional que permite diagnosticas riesgos y oportunidades, jar obje-
tivos, medir evoluciones, entender prioridades de los grupos de interés,
y realizar comparaciones con otras empresas. (Alloza, A. 2008: 297).
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Los mismos mecanismos de control que se
utilizan para medir la percepción del resto de los
atributos de una marca o empresa. Encuestas, pa-
neles de opinión, etc. Estudios post-test referidos
a la publicidad ambiental. Se mide como un ítem
más de la notoriedad e imagen de marca. Trac-
kings donde se ve el grado de asociación de la
empresa con atributos medioambientales. Análi-
sis de reputación corporativa respecto de la mar-
ca, con especial incidencia en líderes de opinión.
• Memorias de sostenibilidad
Es importante demostrar que las políticas de de-
sarrollo sostenible no quedan en una mera de-
claración de intenciones. Para ello, una de las
herramientas más utilizadas es la elaboración de
memorias de sostenibilidad.
Las memorias de sostenibilidad de una em-
presa recogen las principales actividades de una
entidad para contribuir al desarrollo sostenible;
en él las organizaciones informan acerca de lo
que se ha denominado triple bottom line o triple
línea básica, es decir, de su desempeño en térmi-
nos económicos, sociales y medioambientales.
• Mediciones de la Red
Estudios que se centran en el ROI generado por
consumidores digitales WOM que llegan a di-
fundir a «coste cero» un mensaje verde y de
prescripción, de manera exponencial, a todas
sus redes personales.
Retorno a nivel de captación de personas para
algún tipo de brand community.
Podemos concluir este punto resaltando la
utilización de los métodos de medición clásicos
aplicándolos de manera tradicional. La creación
de herramientas específicas como la realizada
por Havas Media, indica que hay un camino a
desarrollar. Por otro lado, las memorias de soste-
nibilidad aparecen como tratamiento de lo espe-
cífico, por lo que resultaría de interés para futu-
ras investigaciones hacer un análisis sobre dichas
memorias en ánimo de encontrar estructuras
comunes y técnicas de medición específicas (o
adaptación de las clásicas).
Ante estas conclusiones podemos afirmar que
todavía no se ha llegado a construir un auténtico
modelo de planificación estratégica basado en
valores de protección y cuidado del medioam-
biente utilizados como un bien social que la em-
presa asume en su actuación a todos los niveles,
más allá de lo que las leyes obligan, comunicán-
dolo y midiendo su incidencia en la Identidad
Corporativa y en el branding.
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