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Comercio online: una propuesta de análisis · págs. 46 a 67
objetivables unas características que parecen per-
tenecer a la subjetividad del receptor; y ello, por
supuesto, sin movernos del contexto del propio
sitio web.
Por otro lado, tampoco era posible —puesto
que se trataba de elaborar un informe con una
utilidad reglamentaria e inmediata— utilizar nin-
guna metodología que no estuviese suficiente-
mente legitimada por la experiencia.
En una primera fase se evaluaron (y rechaza-
ron) distintas opciones por poco apropiadas
(tipo análisis narrativos) o por prolijas y costo-
sas
1
(del tipo, por ejemplo, diferencial semánti-
co); optando finalmente por un análisis de con-
tenido debidamente adaptado a las peculiaridades
del caso.
Se trata, en definitiva de separar el objeto de
estudio en sus componentes, y estudiar cada
uno de ellos independientemente, a la luz de los
indicios y de los objetivos trazados.
Para ello se optó por una metodología com-
parativa, aunque básicamente cualitativa, po-
niendo en relación los elementos extraídos del
análisis de la tienda online con los pertenecien-
tes a otras tiendas online (fundamentalmente los
de la parte demandante) con el fin de poder ha-
cer las correspondientes deducciones.
2.1. Reglas básicas del análisis pro-
puesto
a) Considerar una tienda online como un tipo
de mensaje que —en la medida en que per-
tenece a una nueva clase de medio de co-
municación (léase Internet)— posee carac-
1 Hay que tener en cuenta que, como el estudio tenía una nali-
dad especíca: su eventual empleo en un juicio, sus características
debían adaptarse al contexto en que el estudio va a ser empleado. Por
experiencia en otros casos similares, cuanto más largo y prolijo es un
informe, menos ecaz resulta en una situación de estas características.
terísticas diferenciadas con respecto a los
mensajes clásicos de los medios de comu-
nicación convencionales.
b) Limitarse al contenido manifiesto, es decir, a
lo que puede observarse a simple vista en
las páginas web.
c) Realizar un análisis de connotación. Impres-
cindible, dados los objetivos del trabajo.
Es cierto que en los primitivos análisis de
contenido se rechazaba el análisis de connota-
ciones por considerarlo una concesión a la sub-
jetividad del analista. Hoy día, y desde hace
tiempo, sabemos lo suficiente sobre el tipo de
indicios manejados en el análisis como para po-
der establecer significados sin realizar excesivas
concesiones (o ninguna) a la subjetividad.
Por ejemplo, a la hora de hablar del color.
Existen ya tantos estudios, con técnicas diversas
(diferencial semántico, taquistoscopio, test de co-
lores, cromoterapia, etc.) y dentro de marcos dis-
ciplinares diferentes (física del color, psicología,
lenguaje, medicina, etc.) que podemos estar ra-
zonablemente seguros sobre su sentido e inter-
pretación.
d) Establecer una fase de descripción y otra de
interpretación. En la primera, ponemos de
relieve aquellas características que son re-
saltadas por los sentidos del observador
2
.
Luego, descomponemos y agrupamos en ca-
tegorías: colores, tipografías, etc.
En la segunda, y sobre la base de lo observa-
do, se realiza la interpretación. El procedimiento
que nos permite el paso de una a la otra es la
inferencia.
2 Es como cuando se analiza un elemento químico, especica-
mos primeramente el fruto de un examen realizado mediante los
sentidos: sólido, líquido o gaseoso, color, sabor, textura. etc. Así, por
ejemplo, nos dicen los libros, el alcohol etílico es un líquido incoloro,
de olor agradable y sabor ardiente.
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