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Nº 15 Vol 15 · Primer semestre, enero-junio 2017 págs. 32 a 53
realización de campañas, destaca la trascendencia
que se produce en muchas de estas campañas,
bien sea de sí mismas, o de su objeto de venta o
comunicación. Descubrimos un salto desde el
ámbito publicitario y comunicativo a otros ám-
bitos, en la mayoría de las veces al social: la cam-
paña sale a la calle, en unos casos vinculada al
producto, y en otros apoderándose incluso de él.
Es aquí donde se consigue generar conversa-
ción: lograr que se hable de la campaña o del
producto. De esta forma, en muchas ocasiones,
la gente o los medios de comunicación se con-
vierten en agentes y en vehículos difusores y ne-
cesarios de su éxito. Medios ganados y gratuitos
que el anunciante no paga, y que se perciben
con la mayor credibilidad posible por el consu-
midor, ya que no parten del anunciante. Por otra
parte, se encuentra una trascendencia de tipo
temporal: más allá de la duración específica de la
campaña, ésta permanece viva y está vigente du-
rante mucho más tiempo. Esa conversación y
esa imbricación social, mantienen vivo su efecto,
logrando los objetivos buscados durante meses
o incluso años. En algunos casos, la campaña se
vuelve continua, y no tiene un final conocido.
Por ejemplo, en «Hazte extranjero», una marca
de embutidos pasa a ser un referente del carácter
español y del orgullo de serlo. En «Juguetes» el
concepto de simple, trasciende a su propio pro-
ducto y se apodera de él, haciendo que el públi-
co se olvide de éste y se quede con el concepto y
el objeto simple: el palo, que se convierte en una
expresión de la calle, es utilizada también en los
medios. En este caso, de forma negativo en cier-
to modo, pues el palo se apodera de la marca, y
el consumidor recuerda el primero pero no la
segunda. En la campaña «Entierro del Bentley»
se consigue que la gente y los medios, sean los
auténticos responsables de la misma, criticando
al millonario y después alabándole, y llevando a
las redes sociales, a la calle y a los medios, el
debate sobre el valor de las cosas, concluyendo
en positivo, a favor del protagonista y de su cau-
sa. Algo parecido, pero de menor repercusión,
sucedió tras la campaña «The beauty patch»,
siendo aquí el tema de conversación la belleza de
las mujeres, que se hallaba en ellas mismas, y
que redunda en el posicionamiento de la marca
y su línea comunicativa. En «Vamos a la calle»,
hallamos tal vez el mayor ejemplo de trascen-
dencia social y de paso de la publicidad a la calle,
al convertirse la campaña en el centro de un mo-
vimiento social de protestas ciudadanas sociales
y políticas, siendo el jingle y el eslogan de la cam-
paña, el himno y lema de estas movilizaciones,
además de un éxito musical. «Casi idénticos»
también consigue sacar su temática del ámbito
publicitario a la calle, trasladándolo primero a
los medios en forma de documental, lo que le
aporta seriedad, al plantearse la campaña como
un experimento sociológico, que consigue que
la gente en los medios, en las redes sociales y en
la calle, hable de un tema difícilmente imagina-
ble por sí mismo: comer chicle. Por otra parte, es
llamativa una campaña que, en su origen, nace
ya trascendida, pues anuncia un objeto creado
para obtener resultados para su verdadero objeti-
vo: «Amuleto para sismos», que se creó para re-
caudar fondos y financiar las Brigadas de Resca-
te, no para vender estos aparatos.
La trascendencia temporal es otro aspecto que
interesa como tal. Ésta aparece como en ningu-
na, en la campaña «Edición recuerda» de la
Fundación Reina Sofía, que propone a las em-
presas que realicen ediciones de recuerdo de sus
productos, con lo que aquellas pueden hacerlas
siempre que quieran, manteniendo así viva la
campaña en el tiempo, si quieren, indefinida-